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 AGRADECIMIENTOS :

 

 Le doy muchísimas gracias a la Pra Ana Teresa van der Horst ( Instituto Tecnológico de Santo Domingo ) que realizó con mucha sensibilidad la traducción al español de mi texto francés. 

Y también al Dr Guy De Saedeleer, mi webmaster, que concibió y arregla mi sitio con muchísima amabilidad y capacidad.

 

Capítulo 1 : Consideraciones generales 

 

Comenzaremos con la descripción  de las necesidades fundamentales de los niños víctimas de abusos sexuales. Examinaremos después la manera en que muchas sociedades se organizaron para hacer frente a esa situación y evaluaremos sus resultados.

 

I. Necesidades fundamentales de los niños-víctimas. 

 

 

  1. “ Primum non nocere ” ( En primer lugar, no hagas daño ) : Es imperativo que el establecimiento del aparato institucional que pretende ayudar, así como las intervenciones concretas de los profesionales, no tengan un efecto más traumatizante que el maltrato mismo. ¡Ese riesgo no es teoría pura : parece que la mitad de los niños que denunciaron abusos sexuales, finalmente lamentaron haberlo hecho! El niño no discrimina entre buenos y malos agresores ¡él quiere sufrir menos, y punto ! Tenemos mucho que ganar en discreción, en consideración verdadera hacia su persona, en generosidad, en competencia técnica, en coordinación, en el domino de nuestras emociones, etc., para que se reduzca de manera significativa el fenómeno de la traumatización secundaria.
  2. Romper el muro del silencio y beneficiar de una presencia de comprometida y  benévola, cariñosa, a su lado. La presencia de algunos de sus allegados, si posible, la presencia de un amigo, presencia de profesionales … a todos esos acompañantes “ que aceptan de saber ”, les corresponde: 

- Escuchar; animar el niño liberarse de lo que tiene en el corazón, a comunicar sus incertidumbres y preguntas ;  “ ¿Cuando y por qué eso fue lo más difícil? ” “ ¿Tienes preguntas que todavía te pesan, hoy en día, a propósito de todo eso? ¿Aún tienes inquietudes? ¿Hay todavía cosas que non entendiste? Busca bien …” Le toca entonces al niño pronunciarse, ¡y lo que dirá será tal vez sorprendente!

- Resistir al reflejo de retomar y de corregir lo que dice con demasiada rapidez, en lo que se refiere a emociones de “ mamá-gallina ”; aceptar, primero, la presencia de sus emociones y de sus ideas tal como las siente espontáneamente :

Si él dice « Es mi culpa », no hay que lanzarse demasiado rápido en la edulcorada actitud americana de decir. “Pero no, querido, entiende bien que no es tu culpa”. Esforzarse más bien en explorar, de acabar al fin de cuentas por diferenciarse, o sea decir lo que piensa : “ ¿Tu culpa, según tu, concretamente, consiste en que ?”

 - Dar al niño esa oportunidad única de ser creído porque lo que nos cuenta es plausible e indicárselo, aún si, posteriormente, los expertos profesionales tendrán que analizar mejor lo que dice ; ¡por lo menos, reconocer su sufrimiento bien presente !

 - Comprometerse : compartir emociones e ideas ; tomándose su tiempo, desligarse, delicadamente y respetuosamente, de las ideas falsas más toxicas del niño ; poder indignarse, tranquilizar, consolar el niño, repetirle el valor que él sigue teniendo como ser humano ;

- Comprometerse concretamente en los procesos de protección y de mejoramiento de las relaciones, de los cuales hablaré más adelante ;

 - Hablar de otras cosas ; no reducir al niño a su dimensión de “ victima de maltrato ” ; interesarse con él por los intereses positivos que él conserva, por sus otras ideas, cuestionamientos y puntos de sufrimiento.

3,Proteger concretamente el niño, tanto de las reincidencias de abusos como de un ambiente de vida dañino.Comprometerse personalmente con el proceso ; supervisando la evolución y sin nunca confiar ciegamente en las promesas oficiales de las instituciones.

 Es importante que alguien – ¿el primer confidente escogido por el niño? – lleve consigo un sentimiento o necesidad de ser solícito, atento, y de responsabilidad a largo plazo.

 

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Pelle el conquistador (B. August, 1988)  El padre esta incapaz de proteger eficazmente el joven pellé frente a un abuso entre menores

 

Entonces, ciertas medidas de protección realistas pueden ser programadas, pero que a veces requieren la separación de la pareja de los padres, o del niño con respecto a su medio familiar de origen.

Sin embargo, van a apreciar de una manera más fundamental el hecho de que se les trata como sujetos humanos, y ya no más como objetos del dominio o voluntad ajena. Es necesario entonces tomar en serio sus “ Sí ” y sus « No » en relación con los proyectos que se les proponen, especialmente los proyectos psicoterapéuticos.

5.A los niños no les gusta que sus desgracias sean contadas por todas partes, por lo que tenemos un deber de discreción para con ellos. En el marco de esa discreción, sin embargo, muchos llegan a apreciar el reconocimiento social del prejuicio sufrido. Social significa : por lo menos por parte de un pequeño grupo de personas allegadas. Van a apreciar también que el agresor sufra una sanción social o penal, y si posible una reparación concreta de la falta. Sin embargo, no siempre quieren cortar todos los lazos con él.

 

Capítulo 2 El tratamiento : encuentros verbales de los protagonistas.

 

 

enfant pense (2)

 

I. Consideraciones generales

- El proceso de encuentros verbales o entrevistas será más fecundo en la medida en que sea sistémico e incluirá, al lado del niño, los adultos que pueden ser sus aliados o protegerlo. En unos casos de abuso intrafamiliar, uno verá incluso la necesidad de realizar terapia de pareja, o incluso de módulos de encuentro con el abusador y otros miembros de la familia ( Hayez, de Becker, 2002 ).

- Los encuentros verbales pueden consistir en conversaciones ( solicitadas por los profesionales ) o/y en psicoterapias ( pedidas por los interesados, con la intención de mejorar su estado ) ( Hayez, 2007, p.110 y siguientes ) : para nuestros interlocutores, siempre hay que clarificar el contexto en que uno se encuentra.

- Es ventajoso añadir acciones al tratamiento verbal : estimulación de actitudes de preocupación o solicitud social por parte del entorno informal, mejoría social de la situación de la familia ( a veces ) ; reparación del prejuicio ( entre otras : sanción del abusador ), etc … 

Nota : En las paginas siguientes, no vamos a describir el tratamiento verbal individual de las personas autores directas de abusos.

 

 II. Encuentros verbales con el menor que sufrió el abuso.

 

 1. Frente al terapeuta, se encuentra a la vez un niño ( en proceso de construcción general de su personalidad )y una víctima  ( la dimensión de su ser fue modificada por el abuso y su contexto ) : ¡hay que ocuparse de  “ los dos-en-uno ” con el mismo interés ! 

De hecho, en ciertos momentos uno sigue el curso espontáneo del pensamiento del niño y de su expresión verbal : eso puede ir hasta aceptar su decisión de decir “ No ” a la continuación de los encuentros.

En otros momentos uno interviene verbalmente para intentar hablar de cosas distintas a las que el niño trae a colación espontáneamente, sin forzarlo.

Por ejemplo, si él se focaliza indefinidamente en las dimensiones generales de su ser : hay que escucharlo, seguir su ritmo y, después de haber tomado el tiempo de tranquilizarlo, hacer referencia a la vivencia del abuso. Si él se focaliza espontáneamente, pero regularmente en su vivencia de víctima, hay que proponerle más tarde o más temprano que hable de “ otra cosa ”.

 2. Hablar de las dimensiones generales de su vida.

 

V

 

 “ ¿De que te gustaría que habláramos hoy ?”

Por ejemplo : apreciar su look ; animarle a cuidar de su cuerpo ; animarle para que realice actividades que valorizan el cuerpo ( baile, deporte …). Si el niño ya se siente en confianza, pequeños toques amigables sobre su cuerpo pueden también contribuir ( por ejemplo un beso de adiós …)

 3. Hablar de la vivencia del abuso, y también de la sexualidad.

Tomar una alusión, una ocasión al vuelo, o tratar de manera mas directa : « ¿Y si habláramos ahora de aquella parte de tu vida ? ». A continuación, las intervenciones que podrían ir a seguidas, indicadas en desorden :

---- Reconstituir con él algunos pedazos importantes del rompecabezas del proceso.Velar por que sean contados algunos hechos concretos, con bastantes detalles. Hacerle repetir también las relaciones establecidas en el momento del abuso, las palabras intercambiadas, el papel de cada uno, los sentimientos vividos por el niño, las ideas y preguntas que él se planteó en el momento mismo.

Manifestar empatía ( tristeza, indignación ) pero sobriamente ( moderadamente ), sin inundarlo. Limitarse a escucharle bien, invitándole precisar unos detalles ( Desde “ ¿Cómo él hacía para meterte miedo ?” hasta « ¿Qué era lo que te pedía que hicieras con tu binbin ( pene ) ?”)

Hacerle contar, al menos una u otra vez, los intercambios corporales sexuales que existieron: eventualmente ayudarle un poquito, sin sugestionar, para mostrar que  nosotros conocemos esas cosas de la vida y que no es tabú hablar de eso (“ ¿Viste líquido salir de su sexo ? ¿Como era ? ¿Adonde fue ese líquido ? ¿Después de esa penetración, que tu sentiste ? ¿Tuviste problemas con tu cuerpo ?” Etc.) Sin obligarle a entrar en los últimos detalles si él no lo hace espontáneamente.

---- Volver a plantearlo de vez en cuando : “ ¿Hay otras cosas que ocurrieron, o cosas que no pensaste (… o que no te atreviste ) a decirme hasta ahora ?” ” Si un día te acuerdas de otra cosa y que quieres hablar de eso, puedes hacerlo …”

---- Dentro de esa narración o fuera de ella, ¿le quedan más preguntas que él se plantea todavía hoy en día ? ¿Preocupaciones que todavía arrastra consigo ? Preguntárselo o tomar la iniciativa de plantearlas, como eventualidades vividas por ciertos niños. 

Surgen entonces temas como : “ ¿Voy a verlo otra vez ? ¿Va a vengarse ? ¿Está mal el haberlo contado ? ¿Está enfermo ? ¿Voy yo a actuar como él ? ¿Mi cuerpo está dañado ? ¿Esta mal que yo lo haya  hecho  ( el hecho de que yo  tuve placer, que yo lo haya provocado ?”.

---- A seguidas, abrir la posibilidad de preguntas sobre el programa de manejo o tratamiento existente :“ ¿Que va a ocurrir conmigo ? ¿Y mi familia ? ¿Tendré que ir al Tribunal ?”

---- Compartir ideas fundamentales sobre la sexualidad, la agresividad, el derecho y el deber de protegerse, las Leyes naturales y las reglas, etc … ; ocuparse también de la información sobre el cuerpo y la sexualidad.

---- Discutir una autoprotección más eficiente en el futuro ; entrenarlo.

--- Hablarle al niño de lo que él siente hacia el abusador y de sus relaciones con éste en el futuro : eventualmente, el derecho de no perdonar, derecho al odio, el sentimiento de injusticia por el hecho de ser colocado en una institución o en otra familia ; ( para los de más edad, en ciertos casos: escribir una carta al abusador ).

Pero que haya también posibilidad de ambivalencia, de perdón, de reconstrucción del vínculo. Es posible también que ciertos niños estén moralmente de acuerdo con lo que ocurrió : el tabú del incesto o de la sexualidad intergeneracional les es ajeno : hay que escucharles y reaccionar tranquilamente en relación a su deseo de continuar. 

N.B. A veces, resulta conveniente trabajar en ( pequeños ) grupos de niños, pero sin salvajismo … 

III. Encuentros verbales con los aliados potenciales del niño víctima. 

“ Trabajar ” solamente con el niño víctima de abuso es un “ mejor que nada ” o un “ remedio para salir del paso ”, al cual uno a veces se ve reducido ( por ejemplo cuando se trata de niños totalmente rechazados ).

Cada vez que uno programa que él se mantenga en contacto con su familia, hay que buscar “ aliados protectores ” capaces de apoyarle al nivel afectivo y de protegerlo mejor en el futuro. 

En muchos casos, uno pensará primero en la madre del niño: es importante encontrarla sola ( de inicio ) y después, si las cosas marchan bien, prever encuentros de tipo didáctico ( ver más abajo ) : ¿Cómo entiende ella lo que ocurrió ? Sus sentimientos, sus interrogaciones, su rol ? ¿De quien se siente ella próxima ? ¿Contra quien siente cólera ? 

Ciertas madres se sienten muy culpables por no haber visto nada, están indignadas contra el abusador y listas para apoyar al niño ( hasta poner fin a su pareja de adultos ).

Pero ese no es sistemáticamente el caso : otras están mucho más ambivalentes o enfadadas con el niño.

Trabajar con ellas requiere entonces mucha paciencia, y el dominio de nuestra contra-transferencia ( que nos hace desear que ella funcione como una reparadora ideal ) : primero hay que tomarla como ella es, ayudarla reflexionar y no tomar una decisión precipitada.

¡Si uno puede ayudarla a aproximarse al niño, entonces mejor !

Si no, hay que tomar nota y buscar otras alianzas para el niño. 

 IV,Los encuentros verbales con la familia 

Realizarlos en los casos de incesto ( incluso si fue perpetrado por un miembro de la familia extensa ) ; a veces incluso en los casos de pedofilia ( para restaurar la serenidad familiar y asegurar una protección mejor del niño en el futuro ).

El sigiuente cuadro  da una presentación esquemática y cronológica de ello:

 

 

Algunos principios :

- No precipitarse : es conveniente comenzar a trabajar con individuos, al tiempo que uno se sitúa dentro de una perspectiva familiar ; entre otras cosas preparando encuentros más amplios en el futuro.

- No hacer trabajar juntas las díadas y otros sub-grupos, a menos que uno esté moralmente convencido de antemano que la atmósfera será más positiva que negativa: es decir, si las personas implicadas desean invertirse o reinvertirse mutualmente, y no solamente justificarse acusando al otro.

- ¡El perdón no puede ser impuesto ; no se puede imponer encuentros con el abusador a quienes no lo quieren !

 

 Capitulo 3 Unas aplicaciones particulares.

 

El hecho que el terapeuta del niño sea un hombre o una mujer puede tener cierta importancia; hay que reflexionar …

En las sesiones con intención terapéutica, también se debe reflexionar bien sobre la cuestión de la confidencialidad.

Algunos niños no quieren una ayuda psicoterapéutica : en principio, no se les obliga ; lo que no quiere decir que uno se precipita en poner fin a las sesiones: más vale entender por qué dicen que no, e intercambiar con ellos algunas ideas antes de avalar lo que plantean. Uno puede reconvocar esos niños, por ejemplo cada tres meses, para evaluar la evolución de su estado y de sus motivaciones …

 

 I. Los pequeñitos.

 

Ciertamente, no hay que apresurarles. La evocación verbal directa de las agresiones sufridas les resulta muchas veces imposible, o se acaba rápido. ¿Una alternativa fecunda ? Introducir dentro de dibujos, de cuentos o de juegos de marionetas, pequeñas escenas de agresión, sugiriendo maneras más o menos realistas para enfrentarlas ( una victoria puramente imaginaria … decir que NO ) ; haremos participar directamente el niño en la victoria frente al agresor. 

A través de ese medio de los juegos imaginarios o simbólicos, uno puede introducir cantidad de temas delicados ( por ejemplo “ Es la hora del baño en la noche … entonces el pequeño protagonista del cuento se encuentra totalmente desnudo … con tal adulto, bondadoso o hostil ) : tratar ahí la diferencia de los sexos, la integridad sexual, el hacer respectar su cuerpo, el por qué ciertos adultos no lo respectan, etc …

 

 II. Los niños que fueron “ encendidos ” precozmente.

 

 Hay que estar vigilantes : ellos tomaron hábitos que les resultan placenteros, y de los cuales no se deshacen  fácilmente, a pesar de unas eventuales promesas ( sinceras o mentirosas ) ; nos corresponde también a nosotros bien ocuparles en una vida atractiva.

Hay que hablar abiertamente de sexo con ellos y vigilar que sus ideas sobre este sean claras :

- Para ellos como para cualquier, está prohibido hacer daño, ( violencias sexuales, proposiciones a niños mucho mas jóvenes …)

- Les está prohibido cometer actos degradantes ( hundirse en las perversiones ).

- En un grado menor de intensidad, uno les pide también que respecten las reglas socioculturales vigentes en su entorno ( por ejemplo, nada de relación sexual, incluso con consentimiento, antes de cierta edad … o dentro de una institución residencial ).

 Hay de tratar de no entrar en una escalada negativa con ellos, sino compartir ideas acerca del sentido y de los valores ligados a la sexualidad. Sobre todo que no confundan “ hacer daño ” ( hacer sufrir el prójimo ) y transgredir reglas sociales ( tener una sexualidad precoz con un compañero consintiente ).

 

 III. Vida sexual de los niños y adolescentes colocados en una institución residencial

Ellos pueden ser ingresados en una institución porque ya han sido autores – o victimas – de abusos sexuales. En otros casos, ellos sufrieron el abuso, pero ese no fue el motivo principal de su ingreso. Otros están poco socializados o poco conscientes de sus derechos. Las consideraciones que siguen están dirigidas hacia todas las categorías de niños colocados en instituciones.

 

1- Desconfiar de los etiquetajes rápidos y falaces :

“ Es un abuso, lo que ocurrió en los baños ” ; “ Esos dos menores fueron las víctimas ” ; “ Eso fue porque él(ella) fue abusado(a) que él(ella) recomenzó ”.

  1. Todo lo que se parece a un abuso no lo es necesariamente.

1°) Los falsos abusos : mentiras de quienes se hacen pasar por víctimas; manifestación de una dimensión dominante-dominado, frecuente en la sexualidad.

2°) Los verdaderos abusos : ver en el libro « La sexualité des enfants » ( la sexualidad de los niños ) ( J.-Y. Hayez, Odile Jacob 2004,  paginas 99 y siguientes ).

 2. Todo lo que se parece a una victima no lo es necesariamente.

Después de ser revelada una actividad sexual desaprobada por el adulto, uno ve muy rápidamente surgir un polo “ autor – iniciador – ( ¿abusador ?) ” y el otro polo que uno se representa como ” seguidor – sumiso – ( ¿víctima ?) ”. Pero, si uno analiza de una manera más fina las motivaciones, aparecerá en ese segundo polo :

- Tal niño consintiente y ( casi ) listo para reconocerse como tal. El reconocerlo está relacionado con una verdadera madurez que le hace tomar sus responsabilidades, o porque él quiere que conste el bienestar afectivo que ahí encuentra, o relacionado con su necesidad de desafiar los adultos y de posicionarse en el mundo de los grandes. ¡Uno u otro pueden a veces lamentar posteriormente lo que hicieron, pero ser sin embargo lo bastante honestos para afirmar que eran consintientes !

- Tal niño consintiente, pero que lo niega con vehemencia ( para preservar su imagen social, para no ser castigado …)

- Tal niño pasivo, sometido de antemano, ( a veces un poquito ambivalente ), que no pudo expresar claramente su « No ». Esa dificultad es habitual, y no está específicamente ligada a un lado concretamente espantoso del iniciador. Hay también el niño ambivalente, vacilante. A veces yo designo esas situaciones, frecuentes, como ” semi-abusos ”.

- Tal niño, indiscutiblemente víctima, del “ No ” que el agresor no tuvo en cuenta.

Uno adivina fácilmente todas las formas intermediarias que pueden existir.

 3. La sexualidad de cada uno prosigue su camino dedesarrollo propio. No hay entonces que decir demasiado rápido que “ porque él ha sido abusado ”, en la continuación de su vida, tal niño se comportará de nuevo según la polaridad “ autor ” o “ víctima ”. Esa simplificación no aporta nada bueno. Cierto, las experiencias vividas en el pasado dejan huellas en él. Pero muchos otros factores pueden intervenir y, además, él no perdió toda su libertad interior ni toda su lucidez en relación a sus proyectos futuros.

 4.El trabajo con el menor.

1°) Si resulta que el autor de la actividad es verdaderamente un abusador, las grandes líneas del trabajo están expuestas en el libro « La sexualité des enfants ( La sexualidad de los niños ) » página 255 y siguientes.  No es seguro que la única sanción justa y constructiva sea excluir el joven de la institución. Ni tampoco que sea ineluctable reportar su exacción a las autoridades judiciales : considerar caso por caso, en lo que respecta a lo que uno haría con un niño viviendo en una “ buena familia ”, y que uno quisiera sancionar de manera significativa.

2°) A título preventivo, insistimos otra vez sobre la función de vigilancia de los adultos ( se sabe bien que los adolescentes viven en parte de noche … ¿sería prudente que ningún adulto vigile ?), y sobre la vigilancia de la ocupación del tiempo y de que les resulte atractiva la vida dentro de la institución. Por ejemplo, ¿dónde los de mayor edad pueden invertir su exceso de energía ?

3°) Hay que conversar con todos, y sobre todo con los más jóvenes, sobre su derecho y su deber de autoprotegerse o/y pedir ayuda frente a todo tipo de ( amenazas de ) agresión. Con ejercicios prácticos en pequeños grupos y ejemplos concretos : “ Digamos que, dentro de los baños de la escuela, un grande quiere tocar su binbin (pene) … mirar su cuca (vulva) ? Que podrían ustedes hacer ?”.

4°) Es frecuente que la actividad sexual que ocurrió sea informalmente conocida por todos. Entonces, es posible evocarla sobriamente en reuniones con los niños ( eventualmente en subgrupos de edad ), con las personas implicadas presentes. Esa sería la ocasión de tener una discusión sobre la sexualidad, las reglas, lo que se espera de cada uno en el futuro, etc. 

5°) Si no se trata de un abuso, sino únicamente de una trasgresión de las reglas – con el asentimiento de cada uno de los participantes -, cuidado con los comentarios emitidos : las personas incriminadas no hicieron nada malo ; ellas hicieron algo imprudente, desafiaron el orden de los adultos. La sanción ( de todos ) tendrá que ser adaptada en consecuencia, tan concreta y constructiva como sea posible.

6°) En ciertos casos subsiste una duda: ¿es abuso o es acto consentido ? El menor protesta diciendo que él no quería, pero … En un momento dado, uno debe poner fin a la investigación y reaccionar claramente, tomando acta al mismo tiempo de que hay una duda : “ No sabemos si Pedro estaba verdaderamente de acuerdo, o a medias, o para nada, pero he aquí lo que nosotros pensamos: si tu abusaste de él …. si tu solamente desobedeciste nuestras reglas …”.  “ No sabemos, Pedro, si dices la verdad o si mientes cuando afirmas que tu no querías. Si dices la verdad … Si mientes …”.  En el futuro, esto es lo que nosotros queremos …”.

F. Se sospecha que un menor es abusado, pero sin revelación de su parte.

 

 

La precipitación es a menudo mala consejera: si el menor es apresurado o forzado para que hable, hay mucha probabilidad de que él se cierre. Si los adultos de quienes se sospecha se lo huelen, ellos se atrincheran, aumentan la presión sobre el menor y destruyen las pruebas. 

Más vale entonces constituir un pequeño equipo de “ observación ” discreto y vigilante, que tratara de :

- intensificar la observación del menor ;

- buscar el medio de hablarle y, durante esas conversaciones, abordar delicadamente y a menudo indirectamente la posibilidad del abuso. Por ejemplo, uno puede empezar con pequeños cuentos : “A un pequeño oso le ocurre cierto tipo de agresión. ¿Como reaccionaría él ? ¿Hablaría de eso ?”. Si el niño es receptivo, uno puede “ cerrar el círculo ” de las preguntas … Si la confianza sigue ahí, se puede terminar por la pregunta : “ En este momento, ¿alguien se comporta mal hacia tu cuerpo ”? ;

- de manera prudente, pedir informaciones a tal o cual miembro del entorno del niño ( cuidado con la pérdida de confidencialidad ) ;

- si la incertidumbre se mantiene, no descuidar la vigilancia ; 

- decidir de un programa de acción ( política de espera continuada …, confrontación con la familia …, informar la Procuraduría sobre fuertes dudas …).

Sin embargo, hay que acordarse de que, si no hay una colaboración clara del niño en cuestión, probablemente nada va a ocurrir. Más detalles en el libro : J.-Y. Hayez, E. de Becker

« L’enfant victime d’abus sexuel et sa famille : évaluation et traitement ( El niño víctima de abusos sexuales y su familia : evaluación y tratamiento », PUF, 1997, página 255 et siguientes.